viernes, 25 de marzo de 2011

Azul escalofrío

PARA HACER UN TALISMAN
Se necesita sólo tu corazón hecho a la viva imagen de tu demonio
o de tu dios.
Un corazón apenas, como un crisol de brasas por la idolatría.
Nada más que un indefenso corazón enamorado.
Déjalo a la intemperie, donde la hierba aúlle sus endechas de nodriza loca no pueda dormir,
donde el viento y la lluvia dejen caer su látigo en un golpe de azul escalofrío sin convertirlo en mármol y sin partirlo en dos, donde la oscuridad abra sus madrigueras a todas las jaurías no logre olvidar.
Arrójalo después desde lo alto de su amor al hervidero de la bruma.
Ponlo luego a secar en el sordo regazo de la piedra, escarba, escarba en él con una aguja fría hasta arrancar el último grano de esperanza.
Deja que lo sofoquen las fiebres y la ortiga, que lo sacuda el trote ritual de la alimaña, que lo envuelva la injuria hecha con los jirones de sus antiguas glorias. cuando un día un año lo aprisione con la garra de un siglo, antes que sea tarde, antes que se convierta en momia deslumbrante, abre de par en par y una por una todas su heridas: que las exhiba al sol de la piedad, lo mismo que el mendigo, que plaña su delirio en el desierto, hasta que sólo el eco de un nombre crezca en él con la furia del hambre; un incesante golpe de cuchara contra el plato vacío.
Si sobrevive aún, si ha llegado hasta aquí hecho a la viva imagen de tu demonio o de tu dios, he ahí un talismán más inflexible que la ley, más fuerte que las armas y el mal del enemigo guárdalo en la vigilia de tu pecho igual que a un centinela.
Pero vela con él.
Puede crecer en ti como la mordedura de la lepra, puede ser tu verdugo.
­ El inocente monstruo, el insaciable comensal de tu muerte!

OLGA OROZCO. (Arg)
(De Los juegos peligrosos, 1962)

viernes, 11 de marzo de 2011

Mariposas radioactivas

Era madruga  y el gran Toro Infinito embistió el cemento a su paso,

vidrios, partidos dientes de humanos y animales.
Arboles en llamas.
Enormes barcos lo siguieron, tambaleándose por las calles inundadas.


Repentinamente, el aire inflamó sus alas y parió mariposas radioactivas,

comenzaron a sobrevolar el planeta incandescente que había perdido la memoria de la raza.
10-03-2011
Alicia Benítez Inés.

jueves, 10 de marzo de 2011

Por las callecitas de cualquier ciudad

Cuerpos humanos en caminatas difuminándose


a la búsqueda de un mejor precio, abalorios


o simplemente un café...


Entrada al trabajo, horario de compras y entre


el murmullo disonante de las voces,

El hijo de Pasifae multiplicado por las aceras urbanas
DESLIZANDO LA SANGRE DE MINOS EN ALFOMBRA ESCARLATA
pero no pudo con su condición de ser en tránsito:




SE ESCURRIÓ SU MISTERIO EN UN ANONIMATO DE PASOS AGITADOS,
MIRADAS VACÍAS
Y PERFUMES CAROS.

por las callecitas de cualquier ciudad...
MEZCLARON LA HISTORIA, EL DESEO Y EL HÁBITO DE PARECER MUCHEDUMBRE,

COMO TODO HUMANO.