Le dije que me convertiría en mujer
pero me siguió regando
esperando frutos estivales...
aguardando por mis jugos coloreados de azúcares deliciosos.
Se sentó en mis raíces abultadas,
como un sultán en su palacio de invierno
Y cuando vió que no era sangre lo que lo mojaba en medio de su noche fantástica,
quiso podar mis ramas altas, donde la luna anida
helada...
(Eso fué todo)
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