martes, 30 de noviembre de 2010

Camino a los arquetipos

Hueso a hueso, cabello a cabello, la Mujer Salvaje regresa.
A través de los sueños nocturnos y de los acontecimientos medio comprendidos y medio recordados


La Mujer Salvaje regresa.


Y lo hace a través de los cuentos.


Dicen que hay un lugar en el desierto que el espíritu de las Mujeres y el espíritu de los lobos se reúnen a través del tiempo. Varios casos de gemelos en lugares del mundo fueron amamantados por una Loba hasta que pudieron valerse por sí mismos.


Todos iniciamos nuestra andadura con un saco de huesos perdido en algún lugar del desierto, un esqueleto desmontado, oculto bajo la arena.


Nuestra misión es recuperar las distintas piezas.


Conjuramos los restos psíquicos del alma salvaje y devolvemos su forma original mediante nuestro canto.


Toda mujer tiene potencialmente acceso al Río bajo el Río.


A pesar de toda búsqueda, buena parte de lo que ocurre en ese mundo inefable, sigue envuelta en el misterio, pues recoge todas las leyes físicas y racionales que conocemos.
La meditación profunda, la pintura, la danza, la escritura, la oración, el canto, el teatro y toda actividad que exija una intensa alteración de la conciencia, es un camino al Rìo bajo el Río.


Frag de la obra de Clarissa pinkola Estés, 'Mujeres que corren con los lobos'.-

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