Anunciaban un sismo de magnitudes enormes
y todo el pueblo buscó refugio después que las aves...
No sabían que las alas imbricadas de mi sangre
seguirían tu búsqueda;
a pesar del cataclismo
que fué a sacudir un plumaje de truenos,
cuando tu boca mordió mi carne
en la noche duplicada de cálices.
ALICIA Benítez Inés.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario